martes, 10 de julio de 2012

IMPORTANCIA DEL MICROSCOPIO EN LA BIOQUÍMICA


El microscopio es sin duda una de las herramientas más importantes en el estudio de la biología, nos permite conocer la estructura de los tejidos, fluidos, células, moléculas y demás partículas que componen a los seres vivos, por lo que es esencial .
Existen varios tipos de microscopios, entre ellos, destacan los siguientes:
Microscopio óptico:
Está formado por numerosas lentes y generalmente dispone de un "revólver de objetivos", que le permite cambiar la ampliación.
Microscopio electrónico:
Funciona mediante bombardeo de electrones sobre la muestra. La imagen se proyecta sobre una pantalla. Existen dos tipos, el de transmisión, y el de rastreo. El de transmisión, tiene una mayos magnificación de lo observado, con la desventaja de que se deben tomar muestras de lo que se va a observar forzosamente, a diferencia del de rastreo, que nos permite observar cosas de dimensiones pequeñas, sin tener que diseccionaras.
Microscopio de efecto túnel:
Dispone de una aguja tan afilada que en su extremo sólo hay un átomo. Esta punta se sitúa sobre el material y se acerca hasta la distancia de 1 nanómetro (10 a la menos 9 metros.) Una corriente eléctrica débil genera una diferencia de potencial de 1 voltio. Al recorrer la superficie de la muestra, la aguja reproduce la topografía atómica de la muestra.
Microscopio de fuerza atómica:
Similar al del efecto túnel. La aguja entra en contacto con la muestra y detecta los efectos de las fuerzas atómicas. La resolución es similar al del efecto túnel pero sirve para materiales no conductores, como muchas muestras biológicas.
TÉCNICAS DE OSERVACION EN EL MICROSCOPIO
Campo oscuro: Se tiñe con “tinta china” el tejido completo, lo cual nos permite hacer observaciones como la de la pared celular, la cual es impermeable debido a su composición.
Fluorescencia: Es una técnica costosa debido a los elementos que se usan para llevarla a cabo, cabe señalar que no es necesario el uso de luz para observar el tejido.
Teñido: Consiste simplemente en teñir lo que se va a observar.

El ser humano posee el sentido de la vista desarrollado. Sin embargo, no se pueden ver a simple vista cosas que midan menos de una décima de milímetro. Y muchos de los avances en química, biología y medicina no se hubieran logrado si antes no se hubiera inventado el microscopio.
El primer microscopio fue inventado, por una casualidad en experimentos con lentes, lo que sucedió de similar manera pocos años después con el telescopio de Hans Lippershey (1608). Entre 1590 y 1600, el óptico holandés Zacharías Janssen (1580-1638) inventó un microscopio con una especie de tubo con lentes en sus extremos, de 8 cm de largo soportado por tres delfines de bronce; pero se obtenían imágenes borrosas a causa de las lentes de mala calidad. Estos primeros microscopios aumentaban la imagen 200 veces.  Estos microscopios ópticos no permiten agrandar la imagen más de 2000 veces. En la actualidad los de efecto túnel los amplían 100 millones de veces.
Galileo hizo un microscopio en el Siglo XVII.
 Durante el siglo XVII muchos estudiosos de las lentes y los microscopios hicieron toda clase de pruebas y ensayos para lograr un resultado de mayor precisión. Entre los intentos fue el del italiano Marcello Malpighi (1628-1694) que en 1660 logró ver los vasos capilares de un ala de murciélago.
 El inglés Robert Hooke (1635-1701) hizo múltiples experiencias que publicó en el libro "Micrographia"(1665) con dibujos de sus observaciones. Sus aparatos usaban lentes relativamente grandes.
 El holandés Antonie van Leeuwenhoek (1632-1723),  perfeccionó el microscopio usando lentes pequeñas, potentes, de calidad, y su artefacto era de menor tamaño. Alrededor del 1676 logró observar la cantidad de microorganismos que contenía el agua estancada. También descubrió los espermatozoides del semen humano; y más adelante, en 1683, las bacterias. Durante las siguientes décadas los microscopios fueron creciendo en precisión y complejidad y fueron la base de numerosos adelantos científicos.
 Pero recién en el Siglo XX llegó el gran cambio, con el microscopio electrónico, que sustituyó la luz por electrones; y las lentes por campos magnéticos. El primer microscopio electrónico lo construyó el físico canadiense James Hillier en 1937 y podía ampliar las imágenes hasta 7000 veces. Se continuó perfeccionando hasta llegar a aumentar unos dos millones de veces.
 En 1981 surgió el microscopio de efecto túnel (MET), que surgió aplicando la mecánica cuántica, y logrando atrapar a los electrones que escapan en ese efecto túnel, para lograr una imagen ultradetallada de la estructura atómica de la materia con una espectacular resolución, en la que cada átomo se puede distinguir de otro, y que ha sido esencial para el avance -a su vez- de la microelectrónica moderna.
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